Des del tretze de març, hem afegit al nostre vocabulari, unes quantes paraules noves que quedaran per sempre: pandèmia, confinament, desescalada, Covid… paraules comunes en qualsevol conversa.
Ens hem vist obligats/des a viure una forma de vida desconeguda fins ara, que ha canviat per complet els hàbits als quals estàvem acostumats/des.
La llibertat se’ns va veure feta fallida en tots els aspectes, no podíem eixir quan volíem, cal eixir amb màscara, no podíem anar a veure un partit de futbol… ni anar a l’hospital a veure a un/a nounat… en fi, un panorama quasi de ciència-ficció.
He de dir, que participar als tallers de l’Associació de la que forme part: Nueva Opción, i els seus taller, m’ha fet seguir un programa i estar ocupat en temps de pandèmia.
Que feia al confinament?
Cada dia en alçar-me preparava el meu desdejuni, molt primerenc com de costum, esperant que arribarà l’hora de començar la jornada, (els tallers) que per a mi s’havia convertit com si d’un treball es tractarà.
Poc espavilat encara, connectava la televisió i carregava la tauleta i el mòbil, mentre em feia un bon cafè.
Esperant l’hora de la primera connexió amb el primer taller, començava l’activitat, per una sessió d’exercici físic guiat per un professional.
Després començava un xicotet però molt interessant taller que durava fins a l’hora de l’esmorzar.
Encara em quedava una mica de temps per a descansar i llegir, després de menjar, pintava, em culturitzava, arreglava una mica la casa… i havent dinat, em podia permetre dormir una estona.
El confinament m’ha permès tornar a trobar-me amb una part del meu tresor, (els meus amics que mantinc des de la infància, amb els quals em senc igual que l’altra part del tresor, la meua meravellosa família).
Tornar a dedicar-me a alguns entreteniments que tenia abandonats, (cultivar, restaurar, pintar, i elaborar les manualitats que els professionals m’anaven proposant).
Encara que puga semblar tot negatiu, el confinament, desgraciadament, m’ha regalat el temps que necessitava per a tornar a estar amb mi mateix i al costat dels meus, valorant tant el que tinc dins de casa com en l’Associació a la qual acudisc des que el Dany Cerebral Adquirit va vindre a veure’m.
Reflexiones positivas de la situación provocada por la pandemia de la Covid-19 por parte de las personas usuarias del Centro de Día Nueva Opción II.
La crisis derivada de la pandemia de la COVID-19 ha conllevado importantes obstáculos para este colectivo, personas con Daño Cerebral Adquirido, dificultando sus procesos de inclusión y de mejora del bienestar, al tener que respetar las medidas y planes de actuación establecidos por la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas. Entre las dificultades, cabe destacar el aislamiento físico y social provocado por el confinamiento y las restricciones de movilidad, que ha conllevado la disminución de relaciones sociales y la pérdida de las rutinas de las actividades de la vida diaria, entre ellas, la asistencia diaria de las 20 personas usuarias, al Centro de Día. Ello puede representar un retroceso en sus procesos para fomentar su autonomía personal y un detrimento para su estabilidad emocional. En definitiva, ha supuesto un aumento de la vulnerabilidad, que debe abordarse en muchos casos desde una perspectiva interseccional (discapacidad, género, edad, situación socioeconómica, identidad cultural, etc).
La realidad a la que nos enfrentamos puede (y de hecho provoca) sentimientos negativos, tales como incertidumbre, ansiedad, miedo, desconcierto, impotencia…etc, pero hemos querido dedicar un tiempo a reflexionar entre todos y todas, sobre aspectos positivos, que esta situación impuesta también nos está generando. Entre los aspectos positivos queremos destacar:
- Pasar más tiempo con nuestro núcleo de convivencia, reconocernos, hacer actividades juntos/as que antes por falta de tiempo o diferencias de ritmos no podíamos hacer, reforzando nuestras relaciones.
- Descubrir nuevas aficiones: manualidades, pintura, lectura, escritura…etc.
- Tener tiempo para reflexionar sobre nuestra vida y sobre nosotros/as mismos/as.
- Poder disfrutar de actividades para las que antes no disponíamos de tiempo, como hacer deporte, iniciarse en nuestras disciplinas deportivas, volver a cocinar, retomar estudios, ver series que teníamos incompletas, etc.
- Aprender a adaptarnos a nuevas situaciones.
- Pasar más tiempo con nuestras mascotas y disfrutar del tiempo juntos/as.
- Descubrir las posibilidades que las nuevas tecnologías aportan: retomar contacto con antiguas amistades, sentir cerca a nuestras personas significativas, hacer actividades del Centro de Día de forma on-line, mantener el contacto con las personas usuarias del centro y con el equipo profesional, estar informados/as constantemente.
- Valorar los pequeños detalles de día a día que antes dábamos por seguros.
- Ser conscientes de nuestra vulnerabilidad y aceptarla.
- Obligarnos a escucharnos y buscar cómo responder a nuestras necesidades e intereses.
Como conclusión, queremos destacar que la situación es la que es y no podemos modificarla, pero sí podemos modificar la forma en que nos enfrentamos a ella y cómo gestionamos los sentimientos que percibimos.
Los usuarios del taller de Nuevas Tecnologías del Centro de Día, han escrito un pequeño artículo de cómo ha ido su verano y como van manejando las vivencias de una sociedad restringida por el Covid-19. A continuación os presentamos una recopilación de sus experiencias:
Los meses que hemos pasado durante este verano, pienso que ha sido un verano atípico, mayoritariamente por las suspensiones de las fiestas patronales de las localidades y barriadas de nuestra comunidad, con las consiguientes frustraciones de devotos y seguidores de los asistentes habituales a ellas, mayoritariamente los nacidos y vecinos de estas localidades.
También ha causado tristezas, la falta de encuentros y comidas con amigos y familiares de toda la vida; sobre todo los amigos con los que has compartido juegos durante la niñez adolescencia y juventud.
Yo personalmente me encuentro perfecto, por no haber contraído la enfermedad.
E.
Este verano lo he pasado en la playa de Benicasim en Castellón, estuve pasándolo en un hotel cerca de la playa. A veces me iba en bicicleta por la llamada vía verde, que es por donde iba la línea del ferrocarril, junto al mar, yo iba en dirección al pueblo de Oropesa, y volvía en la bicicleta, hasta el hotel.
Tengo una canoa de remos hinchable que compramos el año pasado en la tienda Decathlon, con ella me voy mar adentro remando, es divertidísimo, es totalmente silenciosa. También juego a pádel. en Torrebellver un centro deportivo especializado en este deporte, allí lego en bicicleta yendo por la vía verde.
F.
A pesar de la situación por el Covid, el verano ha ido bien, he hecho lo habitual, comer, descansar, pasear por la ciudad, y estar con mis hermanos y sobrinos.
He notado más parón por culpa del Covid-19, ya que la gente no se ha trasladado a sitios cercanos ni de ocio. No ha habido el mismo consumo de suvenires y detalles de cada zona.
J.
Ha sido un verano muy tranquilo y con muchas precauciones por el virus. Hemos ido mucho a la playa, al campo y algún viaje sin salir de España. Todo muy controlado con las mascarillas, cuando eran necesarias, guantes, viseras y los geles desinfectantes. Pero el verano lo hemos pasado muy bien.
De no estar el virus nos habríamos ido fuera de España a hacer algún viaje atractivo. También nos habríamos reunido con nuestros familiares de Madrid; mi abuela, mis tíos, mis primos y muchos amigos que tenemos allí. Por culpa del virus hemos tenido un verano con muchas menos relaciones, con familiares y amigos, por seguridad.
Me encuentro muy bien por que estoy muy arropado por mis padres y hermanos.
Pero el encierro: primero de 100 días sin salir a la calle, por la Pandemia, me descentró un poco. Al salir de casa me costaba adaptarme de nuevo a la calle. Como luego las salidas fueron muy poco a poco, me he ido de nuevo acostumbrando a una cierta normalidad. Al empezar de nuevo con Nueva Opción, he ido alcanzando la costumbre y la relación ha ido mejor, al estar de nuevo con mis compañeros y profesionales. Esto ha hecho que esté en estos momentos más relacionado con “el mundo” y vaya adquiriendo la normalidad, siempre con muchísima precaución.
J. A.
Empecé el verano con mal pie, pues empecé las vacaciones el día 26 de julio, habiendo sacado el billete para Madrid con fecha de salida para el día 27 de julio, no pudiendo efectuar el viaje por tener fiebre ese mismo día, posponiendo el viaje para otro día. Cuando llegué a Madrid, hacia un calor tremendo y tenía pensado estar 10 o 12 días, pero tras pasar 3 días y no habiendo podido dormir ni un rato y sudar lo inimaginable, me fui para el pueblo, en la hora que no me fui antes, pues en el pueblo he dormido todos los días arropado, estás vacaciones han sido muy extrañas y tranquilas, pues al no poder estar con gente, no se ha socializado en cantidad.
J. M.
El verano ha ido bien, he estado en mi pueblo. He dormido un montón que es lo que más me gusta. Pero este año mi cuidadora me compró una piscina hinchable, la piscina me gustó pero era bastante pequeña y se me salía la cabeza.
El Covid no ha afectado a mis vacaciones en nada, porque a mí lo que más me gusta es dormir, y he podido hacerlo.
También he paseado por mi pueblo, y al salir me di cuenta que mucha gente no llevaba mascarilla.
El último día de mi cuidadora en el pueblo, bajamos a comer al bar, y comí sepia (triturada), que hacía mucho tiempo que no comía.
En definitiva, aunque había Covid mi verano ha sido guay.
Tras 6 meses de Covid, me siento poco ejercitado, porque de no venir al Centro de Día he adelgazado.
L. J.